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DCEVL – 76

26 febrero, 2025

Capítulo 76: Hongmen

 

Cuando se trata de ‘engañar a la gente’ nadie se puede comparar con la pretensión y la astucia de Ning Yin, quien inicialmente fingió ser un buen chico e hizo todo lo posible solo para quedarse en la Mansión Yu.

Yu Lingxi lo sabía muy bien.

Pero al escuchar las palabras, ‘No importa si eres mala conmigo’, su corazón no pudo evitar temblar.

“La primera persona que me engañó ya está muerta y fue una muerte horrible.” (Ning Yin)

Ning Yin parecía recordar un pasado distante y su voz se volvió débil.

“Pero si Lingxi me engaña, no podría soportarlo… Solo puedo encerrarla, chupar y morder poco a poco esa lengua engañosa hasta que Lingxi no pueda hablar y solo pueda sollozar y llorar pidiendo misericordia.” (Ning Yin)

Levantó su dedo y lo presionó contra los labios de Yu Lingxi y un color oscuro apareció en sus ojos, hermosos y obsesivos.

Ning Yin debe estar de buen humor en este momento; incluso el aliento que exhaló tenía una sonrisa relajada.

Yu Lingxi sabía que, si quería el corazón de Ning Yin, este pequeño lunático sin duda lo sacaría sin dudarlo, lo limpiaría y luego se lo daría con una sonrisa.

Pero esa persona tan arrogante y obstinada siempre es más paranoica que racional cuando se enfrenta a sus avances.

Era como si en su subconsciente, nunca hubiera alguien que lo amara de verdad.

‘¿Quién fue la primera persona que engañó a Ning Yin?’

No pudo evitar especular: ‘¿Ning Yin es tan cauteloso y paranoico por culpa de esa persona?’

“No te engañaré”

Suspiró Yu Lingxi suavemente, apoyándose en su pecho.

Para alguien con una mente abierta, decir algunas palabras sinceras no era difícil.

Entonces, su delicada palma agarró suavemente los dedos de Ning Yin, guiando su mano para que descansara sobre su corazón, dejándolo sentir sus latidos acelerados en ese momento.

“Si no me crees, siéntelo.”

Yu Lingxi inclinó la cabeza ligeramente y dijo en voz baja. – “Los latidos de mi corazón no mienten.”

Ning Yin se quedó en silencio, enterrando la barbilla en su hombro, sintiendo los suaves contornos debajo de su palma.

Después de un rato, dijo de manera significativamente. – “No puedo sentirlo.”

“¿Eh?” – Yu Lingxi estaba desconcertada.

Ning Yin bajó la mirada y le susurró al oído. – “La ropa es demasiado gruesa y estorba.”

(N/T: El pequeño lunático es bien avezado. Jaja. Se las sabe todas…)

“…”

Yu Lingxi reaccionó rápidamente, abriendo mucho los ojos y sacudiendo con fuerza su mano.

Sin embargo, Ning Yin la sujetó sin esfuerzo por la muñeca y avanzó hacia ella. Sus dedos recorrieron su muñeca, se levantaron por el costado de su cuello y le pellizcó suavemente la mandíbula para mantenerla en su lugar.

La obligó a mirarlo hasta que sus mejillas se sonrojaron con un calor carmesí. Luego, con una sonrisa, se inclinó y sus afilados dientes le mordieron el labio inferior.

La palma apoyada en su nuca ejerció una ligera fuerza y Yu Lingxi no pudo evitar soltar un grito de sorpresa.

Lo que no sabía es que la puerta estaba abierta de par en par y que alguien llevaba mucho tiempo planeando aprovecharse de la situación.

Cuando el carruaje se detuvo frente a la residencia del Príncipe, Yu Lingxi estaba sonrojada, sus ojos desenfocados y su mente llena de un pensamiento.

‘No debe mentirle nunca al pequeño lunático, o realmente podría comerle la lengua.’

 

***

 

Mientras tanto, en el palacio.

La Emperatriz hizo rodar las cuentas en su mano y preguntó. – “¿El Príncipe Jing se llevó abiertamente de la calle a Yu Lingxi, quien rompió su compromiso?”

“Ante los ojos de todos, es absolutamente cierto.” (Cui An)

Cui An, arrastrando su tono lentamente, dijo. – “Todos los intentos de asesinato anteriores terminaron en fracaso, causando bajas significativas entre nuestra gente. Si el Príncipe Jing se casa con la hija de la familia Yu y obtiene el control del ejército, la situación definitivamente será muy desfavorable para Su Majestad y el joven Príncipe.”

La Emperatriz miró fijamente y preguntó. – “Cui An, has estado dando consejos por el bien de esta Emperatriz y del Príncipe Heredero depuesto. ¿Qué estás tramando exactamente?”

Cui An reprimió la oscuridad en sus ojos y arrodillándose, dijo. – “Naturalmente, estoy agradecido por la gran amabilidad de Su Majestad y le ofrezco mi humilde servicio para pagarle.”

“Está bien, puedes usar tus palabras para engatusar a los demás, pero no puedes engañarme a mí.”

La Emperatriz sacó una horquilla dorada y golpeó la vela frente al altar de Buda. Después de un rato, dijo. – “Recuerdo que Xue Song ha sido degradado al Templo Guanglu?”

Cui An pensó por un momento y respondió apresuradamente. – “Bajaré y haré los arreglos de inmediato.”

“El Príncipe Jing es astuto. El cebo que ofrezcas debe ser lo suficientemente sustancial como para atraerlo a morder el anzuelo.”

La Emperatriz volvió a insertar la horquilla dorada en su cabello y dijo con calma como si no fuera una lucha de vida o muerte. – “Vete. Si vuelves a fallar, no necesitas venir a buscarme.”

Esta vez, ella quería acabar con sus propias manos con esa pequeña bestia.

Al igual que acabó con la vida de su madre en ese entonces.

 

***

 

Como era la víspera de Año Nuevo, Yu Lingxi se quedó obedientemente en la Mansión Yu esos días, acompañando a sus padres y hermanos.

Su cuñada Su Guan estaba embarazada de dos meses, lo que trajo alegría a la familia. El ambiente en la víspera de Año Nuevo en la residencia era más animado de lo habitual.

Las lámparas en el patio eran tan brillantes como el día y los fuegos artificiales brillaban en el cielo, y Yu Lingxi no pudo evitar recordar la escena del año pasado en esa época en la que Ning Yin, bebiendo un sorbo de vino Tusu muy especiado, dijo con los labios enrojecidos: ‘La señorita es la mejor persona para mí en el mundo.’

Una leve sonrisa levantó las comisuras de su boca, preguntándose cómo Ning Yin celebraría el Año Nuevo en la Mansión del Príncipe Jing este año.

Lo más probable es que ni siquiera hubiera un par de coplas o un animado farolillo rojos; en esa mansión tan grande, siempre vivía como si estuviera en una tumba solitaria.

Mientras pensaba en ello, la leve sonrisa en la comisura de la boca de Yu Lingxi se desvaneció. Levantó la mano y tocó la horquilla de jade blanco Ruyun con vetas de sangre en su moño, suspirando suavemente.

Después de quedarse despierta hasta tarde en la víspera de Año Nuevo, Yu Lingxi se bañó y se cambió de ropa, bostezando mientras caminaba hacia su dormitorio.

La cortina interior ya había sido bajada y las sirvientas habían preparado la ropa de cama con anticipación. Sin pensarlo mucho, Yu Lingxi levantó la cortina y se sentó.

Pero inesperadamente, cayó en un abrazo cálido y firme, y no pudo evitar morir de miedo.

Antes de que pudiera reaccionar, su boca fue cubierta por detrás.

Ning Yin la abrazó con firmeza y una voz risueña le susurró al oído. – “Cállate, no seré responsable de atraer gente.”

Yu Lingxi se sorprendió, después de un rato relajó su cuerpo y se dio la vuelta, preguntando. – “¿Qué estás haciendo aquí?”

“Fui a saquear una casa y al pasar por este lugar familiar, pensé en Lingxi.” (Ning Yin)

Ning Yin giró suavemente el rostro de Yu Lingxi, todavía había frialdad en sus ojos como tinta y sonriendo tranquilamente, dijo. – “Así que vine a echar un vistazo.”

¿Fue a saquear una casa en la víspera de Año Nuevo?

¿Cómo es que Su Alteza el Príncipe Jing, que es claramente más popular, vive una vida más tranquila y solitaria que Wei Qi en el pasado?

Yu Lingxi abrió la boca, queriendo decir mil palabras, pero al final, solo dijo una frase. – “¿Tienes dinero para pagar las molestias?”

Los ojos de Ning Yin se levantaron ligeramente, como si preguntara. – “¿Qué es eso?”

Yu Lingxi bajó la cabeza y sacó dos monedas de cobre de la bolsa de dinero que acababa de recibir, las envolvió en papel rojo y se las entregó a Ning Yin.

“No te sientas insatisfecho por la cantidad; es solo para la buena suerte. De todos modos, no te falta dinero.”

Yu Lingxi explicó. – “Este es el dinero para mantener a raya a los espíritus malignos. Colócalo debajo de tu almohada cuando duermas y te asegurará un año tranquilo y seguro.”

En la tenue luz de la cortina, Ning Yin rara vez mostró un atisbo de curiosidad, jugando con las dos monedas de cobre envueltas en papel rojo en la palma de su mano, preguntó. – “¿Mantener a raya qué?”

Yu Lingxi se reclinó cómodamente, apoyándose en él, y susurró. – “Naturalmente, suprime los espíritus malignos y las influencias siniestras.”

Ning Yin se rió entre dientes. – “¿No es este Príncipe el mayor espíritu maligno y la influencia siniestra más grande de este mundo?”

Yu Lingxi parpadeó.

Esta declaración… ¿no parece ser incorrecta?

“En mi opinión este Príncipe, es mejor la ‘Supresión de Sui Sui.” (Ning Yin)

Ning Yin sostuvo las dos monedas de cobre en su palma con cinco dedos, y ​​se inclinó hacia adelante, bajando la voz. – “Suprimiré a los fantasmas de Sui Sui.”

Habiendo dicho eso, abrazó la cintura de Yu Lingxi y la giró, aprisionándola de arriba a abajo.

Digno del nombre “Supresión de Sui Sui.”

Mientras la giraba, el fuerte viento agitó su túnica, levantando la cortina como olas ondulantes. Los contornos de los rasgos de Ning Yin se volvieron particularmente borrosos y profundos, a excepción de un par de encantadores ojos del color de la tinta que parecían cautivar y hechizar.

Curiosamente, Yu Lingxi encontró la mirada de Ning Yin hechizante.

A pesar de que era una persona que carece de los cinco sentidos y tiene una fuerte determinación, al borde de la auto inflicción.

“Señorita, la sopa está lista. debería esperar a que la ropa de cama se caliente antes de dormir.” (Hutao)

Hutao dijo con firmeza mientras entraba en la habitación, sosteniendo una olla de sopa de cobre envuelta en una tela de seda

Yu Lingxi se sobresaltó levantando instintivamente la ropa de cama para cubrir y ocultar a Ning Yin y dijo. – “¡Colócala sobre la mesa!”

Su voz sonaba ansiosa y Hutao se sorprendió y dijo. – “¿Señorita?”

Ning Yin entrecerró los ojos y extendió la mano para pellizcarle la cintura.

Yu Lingxi emitió un sonido ahogado y sintió que el corazón se le iba a salir por la garganta.

Se mordió el labio apresuradamente, miró al culpable y se apresuró a inventar una frase al azar. – “Me estoy cambiando de ropa. No vengas.”

Afortunadamente, Hutao no sospechó nada, colocó la sopa caliente en la mesa y luego se fue, cerrando la puerta detrás de ella.

Yu Lingxi aguzó el oído hasta que los pasos de Hutao se alejaron antes de dar un suspiro de alivio.

“¿No te estás quitando la ropa? Entonces cámbiate.” (Ning Yin)

Ning Yin dobló el codo hacia un lado, apoyando la cabeza con la mano, bajó la otra mano a la ropa de cama, se lamió los dientes y sonrió. – “¿Quiero sellarte?”

 

***

 

La animada atmósfera de los fuegos artificiales persistió hasta casi el amanecer.

Yu Lingxi no supo cuándo se fue Ning Yin. Cuando despertó, no sintió calidez de esa persona a su lado.

Si no fuera por el ‘sello’ rojo intenso dejado en un lugar invisible para los demás, casi habría pensado que el breve encuentro de la noche anterior fue solo un sueño.

Se despertó vacía, pero fue como probar un caramelo, con un largo regusto.

Afortunadamente, se acercaba el Festival de los Faroles, con un desfile nocturno de farolillos para disfrute del público y de funcionarios del gobierno.

En la noche a las 11 de la noche, el Emperador conduciría a la familia imperial y a los nobles a la Puerta Xuande, para ver el mercado de linternas desde la plataforma alta y recibir la adoración del pueblo.

Sin embargo, como el Emperador todavía se estaba recuperando en el Palacio Changyang, la tarea de ascender a la torre esta vez fue delegada al Séptimo Príncipe, Ning Yin.

En teoría, Ning Yin no tenía ningún interés en tal ocasión y no debería presentarse.

Sin embargo, todos especulaban que cualquiera que estuviera calificado para representar al Emperador en ese ritual probablemente se convertiría en el heredero al trono. Si el Séptimo Príncipe tenía alguna ambición, no rechazaría tal honor.

Entonces, ¿Ning Yin aspiraba a convertirse en el Príncipe Heredero?

Yu Lingxi no estaba segura.

A las 11 de la noche, Yu Lingxi, vestida con un atuendo rojo festivo y sosteniendo una linterna de vidrio, ascendió a la terraza de la torre oeste de la Puerta Xuande con Yu Xinyi, esa área estaba designada para que las concubinas del harén y mujeres de la familia observaran las linternas.

Mientras tanto, Ning Yin y otros Príncipes, incluido el Príncipe Ning Zizhuo, ocuparon la terraza del lado este en lugar del Emperador.

Mirando hasta donde alcanza la vista, el cielo nocturno era profundo y oscuro y bajo las puertas del palacio, decenas de miles de linternas se convertían en un río de luz.

Yu Lingxi apoyó la mano en la barandilla de la torre del palacio y observó desde la distancia a Ning Yin, que ascendía lentamente las escaleras de la torre del lado este, vistiendo una túnica púrpura con un cinturón de jade, exudando una elegancia inigualable.

Sus labios no pudieron evitar sonreír, pero vio a Yu Xinyi acercándose, por un lado, interrumpiendo su mirada. – “¿Quieres que te preste una ficha para que puedas ir a buscarlo?”

Sólo entonces Yu Lingxi retiró la mirada, sonriendo en tono de disculpa. – “No es necesario.”

Había hecho planes con Ning Yin para ir al mercado después del festival de los Faroles para disfrutar de las linternas y adivinar acertijos.

En esa noche del Festival de los Faroles, sin las restricciones de las formalidades, podían quedarse despiertos toda la noche jugando y admirando las linternas.

Mientras soplaba el viento, la calle estaba llena de linternas oscilantes, que se esparcían por el cielo como estrellas.

Xue Cen se paró entre la multitud y vio a Yu Lingxi en la cima de la terraza en la torre oeste del palacio.

Entre muchas mujeres y damas nobles magníficamente vestidas, solo Yu Lingxi brillaba como un hibisco, el adorno de flor roja brillante en su frente floreció espléndidamente, eclipsando las luces de toda la torre.

Sus ojos seguían siendo hermosos y gentiles, pero él nunca los volvería a mirar.

Xue Cen fue allí con su hermano mayor.

Con la muerte del Príncipe Heredero depuesto, la renuncia de su abuelo y la cancelación del matrimonio entre la familia Xue y la familia Yu, la familia Xue se convirtió en el hazmerreír de toda la capital y cayó en un estado de decadencia sin precedentes.

A veces, Xue Cen se quedaba despierto toda la noche y escuchaba a su hermano mayor salir a toda prisa por la puerta en mitad de la noche.

En toda la Mansión Xue, el único que aparentemente no se vio afectado por la supresión parecía ser Xue Song.

Poco a poco, Xue Cen comenzó a sospechar.

El Príncipe Heredero depuesto, apoyado por la familia Xue, ahora estaba muerto, y no sabía para quién estaba trabajando su hermano mayor… ¿O tal vez, a quien servía en secreto no era en absoluto al Príncipe Heredero depuesto?

Con muchas dudas en su corazón, Xue Cen siguió el carruaje de su hermano mayor hasta la puerta del palacio.

Habiendo perdido de vista a la persona que estaba siguiendo, vio a Yu Lingxi sonriendo alegremente en lo alto de la torre del palacio.

Como una polilla volando hacia la llama, su corazón ardió de dolor, pero no pudo evitar sentirse atraído por ella.

Los funcionarios del Templo Guanglu y del Ministerio de Ritos llevaron a un grupo de malabaristas y comerciantes al piso superior de la torre. La multitud se apiñó y Xue Cen tropezó cuando un niño detrás de él chocó con él y cuando miró hacia arriba nuevamente, no había rastro de Yu Lingxi en la torre.

Sus ojos ligeramente enrojecidos se oscurecieron y regresó solo entre la multitud.

El fuego se disparó a más de un metro de altura, provocando vítores y aplausos entre las mujeres en la torre oeste.

Era un equipo de malabarismo folclórico seleccionada por el Ministerio de Ritos que actuaba para Ning Yin, simbolizando ‘compartir la alegría con el pueblo.’

Debido al fuerte viento en las paredes del palacio, Yu Lingxi no tenía interés en las acrobacias, por lo que se trasladó a un lugar protegido, solo quería que el festival de los Faroles terminara pronto para que ella y Ning Yin pudieran realizar un recorrido nocturno por el mercado.

“¡Guau! ¡Las llamas se disparan tan alto!” (Noble 1)

Una niña de catorce o quince años, del brazo de una mujer, exclamó emocionada. – “¡Hermana, mira! ¡Las llamas casi alcanzan la cara de Su Alteza el Príncipe Jing!”

“¡Silencio! El nombre de Su Alteza el Príncipe Jing no es algo que puedas gritar tan fuerte.” (Noble 2)

La mujer obviamente estaba preocupada y bajó la voz mientras explicaba. – “Esta compañía de malabaristas proviene del Desierto del Norte*, son expertos en el canto y el baile, y dominan todo tipo de artes, ciertamente no comparables con el pueblo Han.”

(N/T: No lo he mencionado antes, pero anteriormente lo traduje como Desierto del Norte, pero si llegan a esa parte alguna vez en el manhwa es: 漠北 = Mobei = Desierto Norte y es básicamente un lugar.)

Al escuchar las palabras ‘Desierto del Norte’, Yu Lingxi, que estaba bebiendo vino para calentarse hizo una pausa.

Se puso de pie, siguió la voz y encontró a la mujer. Con un gesto cortés, preguntó. – “La señora acaba de mencionar que la compañía de malabaristas es de dónde?”

La mujer, que probablemente era la esposa de una familia de oficiales, devolvió inmediatamente el saludo y respondió. – “Son personas del Desierto del Norte. También escuché a mi esposo decir que todos son esclavos capturados después de que el difunto Emperador aniquilara el Desierto del Norte, y se han vuelto bastante famosos en los mercados de la capital.”

Yu Lingxi se apoyó en la barandilla, mirando a la distancia. El hombre que realizaba el acto de escupir fuego en dirección de Príncipe Ning Yin le parecía cada vez más familiar.

‘Pueblo del Desierto del Norte, Festival de los Faroles*, Banquete de Hongmen…’

(N/T: 上元節 = Festival de los Faroles = Festival de Shangyuan.)

Pensando en los eventos de su vida anterior, el corazón de Yu Lingxi parecía estar fuertemente apretado por una mano invisible y la linterna de vidrio en su mano cayó al suelo y se rompió en pedazos.

Dio un paso atrás y se dio la vuelta y se fue.

‘¡Está sucediendo un año antes de lo previsto!’

Si adivinaba correctamente, debido a que la familia Yu no pereció en esta vida, los remanentes de la facción de la Emperatriz, temiendo el poder de Ning Yin y conspirando con los eunucos, habían preparado meticulosamente el sangriento Banquete de Hongmen un año antes de lo que recordaba de su vida anterior.

Incluso el Regente que conmocionó al mundo en su vida anterior resultó gravemente herido en ese sangriento Banquete y luego desahogó su ira quemando a una persona viva como una lámpara, por no hablar de…

‘¡Aunque Ning Yin aún no es el Regente en esta vida!’

“¡Hermana mayor!”

Yu Lingxi agarró a Yu Xinyi, que estaba organizando la patrulla de la División de los Cien Jinetes, y le dijo con voz temblorosa. – “¡Préstame tu ficha!”

“¿Qué pasa, Sui Sui?” – Yu Xinyi estaba confundida. – “¿Por qué se ve tu cara…?”

“La compañía de malabaristas está formada por asesinos del Desierto del Norte. La Emperatriz organizó el Festival de los Faroles y se ha asociado con los eunucos para asesinar al Príncipe Jing. ¡Hermana, informa rápidamente a nuestro hermano para que lo salve!”

Sin dar más explicaciones, Yu Lingxi le quitó la ficha de la cintura a Yu Xinyi, se abrió paso entre la multitud y corrió hacia la terraza de la torre Este del palacio.

Solo cuando la figura de su hermana desapareció entre la bulliciosa multitud, Yu Xinyi se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Llamó a sus subordinados y ordenó. – “Hay un problema con la compañía de malabaristas. ¡Informe inmediatamente al Ejército Prohibido!”

<¡Boom!>

Una torre de las linternas, de más de un metro de altura, se elevó del suelo, iluminando las puertas de la ciudad con tanta intensidad como la luz del día, y la gente vitoreó como el mar rugiente.

El clamor de la multitud abrumó los gritos de Yu Lingxi.

“El lado Este de los muros del palacio es donde están los Príncipes y los descendientes reales; ¡está prohibida la entrada de miembros femeninos de la familia!” (Guardia)

Los guardias imperiales cruzaron sus alabardas y bloquearon a la jadeante Yu Lingxi mientras se apresuraba hacia adelante.

“¡He recibido instrucciones del Comandante Yu de informar de algo importante al Príncipe Jing!”

Yu Lingxi presentó la tarjeta de su hermana.

El Ejército imperial todavía se interponía en su camino, por lo que Yu Lingxi decididamente se arrancó el colgante de jade con diseño de dragón de su cintura. – “Cualquiera que vea este jade debe ser tratado como si el Príncipe Jing estuviera en persona. ¿Quién de ustedes se atreve a detenerme?”

El colgante de jade con diseño de dragón era exclusivo de los Príncipes, y el Ejército Prohibido estaba realmente intimidado.

Sin más demora, Yu Lingxi, aprovechando su vacilación del Ejército Imperial, se dirigió hacia el banquete donde la gente disfrutaba de las linternas.

Las puertas del salón de arriba estaban abiertas de par en par y al ver a una belleza jadeante con un atuendo rojo irrumpiendo, todos en la fiesta se sorprendieron un poco.

“¿No es esa la segunda señorita Yu?”

“¿Para qué está ella aquí?”

Ning Yin dejó la taza en su mano, haciendo un leve sonido, y las sutiles discusiones a su alrededor se detuvieron de inmediato.

La mirada de Yu Lingxi se encontró con la de Ning Yin, después de estabilizarse, pasó junto grupo de malabaristas en dirección a Ning Yin.

“El colgante de jade Su Alteza el Príncipe se ha caído, esta dama se lo presenta a Su Alteza.”

Yu Lingxi hizo todo lo posible por estabilizar su respiración y se arrodilló frente a Ning Yin, ofreciéndole el colgante de jade con ambas manos.

Lanzó una mirada en dirección al grupo de malabaristas y a ciertos ministros, sin expresar su ansiedad.

Sintiendo que algo andaba mal en la atmósfera, Ning Yin entrecerró los ojos lentamente.

Tenía el mismo aspecto de siempre, incluso con una sonrisa elegante, mientras susurraba. – “No deberías haber venido, Sui Sui.”

Luego, agarró la muñeca de Yu Lingxi con una mano y la atrajo a su abrazo, y con la otra mano, levantó una taza vacía para taparla.

Casi simultáneamente, una daga delgada atravesó el fondo de la taza, y una luz helada iluminó los ojos oscuros de Ning Yin.

 

***

 

Con un rugido ensordecedor, los engranajes de la torre de linternas comenzaron a girar.

Chispas volaron por todas partes, parecidas a fragmentos de oro y plata salpicaron el cielo nocturno y los vítores de la gente rugieron como olas, ahogando cualquier conmoción en la torre del palacio.

Cuando la situación se volvió urgente, Yu Huanchen, que tenía fuerzas limitadas a su disposición, fue rápidamente bloqueado por los hombres de Cui An bajo la torre Oeste de la ciudad.

Los dos ejércitos se enfrentaron, ninguno se atrevió a actuar precipitadamente.

“El almirante Cui realmente ha movido todos sus recursos esta vez.” (Yu Huanchen)

Yu Huanchen, con una espada en la cintura, vestido con una armadura plateada y una túnica blanca ondeante, habló. – “Tenía sospechas cuando apuntaste a la familia Yu una y otra vez. ¿Estás conspirando con la gente del Desierto Norte*?”

Al escuchar esas palabras, Cui An respondió tranquilamente. – “Es una lástima que no sea el General Yu quien esté aquí. Pero no importa; las deudas de un padre pueden ser pagadas por el hijo.”

“¿Qué quieres decir?” (Yu Huanchen)

Yu Huanchen frunció el ceño y los dedos en la empuñadura de su espada hicieron un clic sin dejar rastro.

Yu Xinyi, escondida en las sombras, comprendió de inmediato y desapareció entre la multitud.

“El General Yu me ha visto muchas veces, pero cada vez, nunca ha recordado quién soy.”

Cui An se rió entre dientes sombríamente. – “Parece haber olvidado a esas personas extranjeras que mató y al niño pequeño y tembloroso entre los prisioneros del Desierto del Norte que fueron transportados a la capital descalzos y dando tumbos, unidos por los grilletes de cuerda de hierba.”

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