Capítulo 20: Expuesto
Mansión del Primer Ministro, sala de estudio.
Durante toda la noche, Xue Cen se arrodilló sobre las frías y duras baldosas, frente a su abuelo, el Primer Ministro Xue, que tenía las sienes blancas como la escarcha, pero mantenían una presencia digna. Xue Cen repitió las mismas palabras. – “Abuelo, tu nieto desea casarse con la señorita Yu como su esposa.”
Las palmas del Primer Ministro Xue estaban dobladas sobre el liso bastón de palisandro, su barba se movía ligeramente, pero no dijo ni una palabra.
El padre Xue, de pie junto a ellos, preguntó con voz profunda. – “Explícate claramente. ¿Con qué señorita Yu de la familia Yu quieres casarte?”
“Con la señorita Yu’er, la segunda hermana.” – Aclaró Xue Cen.
El padre de Xue no pudo evitar estar furioso.
Ambas familias habían acordado en silencio el matrimonio de Xue Cen con Yu Xinyi. ¡Y sin embargo, él quería competir con el Príncipe Heredero por una mujer, casándose con la segunda chica de la familia Yu!
“¡Niño rebelde!” – El padre Xue levantó la palma hacia su hijo.
“Espera un minuto.” – Dijo el Primer Ministro Xue, y sólo esas 3 palabras hicieron que la mano levantada se detuvieron en el aire.
Las mejillas del padre Xue se torcieron y finalmente retiró la mano, inclinándose respetuosamente. – “Sí, padre.”
El anciano, de cabello blanco y comportamiento digno, se apoyó en el brillante bastón mientras se ponía de pie. A pesar de que tenía más de sesenta años, mantenía una postura erguida, exudando la autoridad y nobleza adquiridas a través de años de inmersión política.
Mirando a su querido nieto, exhaló lentamente un suspiro. – “Si quieres casarte con la segunda chica de la familia Yu, no es imposible.”
“Abuelo.” – Xue Cen inmediatamente levantó la vista, con un toque de alegría en sus ojos ligeramente enrojecidos.
“Pero recuerda, como súbdito, la lealtad y la rectitud no deben perderse.”
El Primer Ministro Xue miró a Xue Cen con ojos profundos y agudos, usando la voz ronca característica de los ancianos. – “Si te casas con ella, tendrás una deuda de gratitud con el Príncipe Heredero.”
Había algo en las palabras de su abuelo. Xue Cen preguntó: “¿Qué quiere decir con …”
“El general Yu es el líder de los generales militares, tiene un poder considerable y una gran cantidad de tropas, pero nunca ha jurado lealtad al Príncipe Heredero en el Palacio del Este.”
Después de una pausa, el Primer Ministro Xue se dio la vuelta y miró las palabras ‘Lealtad, Benevolencia, Rectitud’ que habían sido otorgadas por el Emperador en la viga de la sala de estudio. – “En los últimos años, ha habido rumores en la corte de que se favorece al más joven sobre el mayor. Después de casarte con un miembro de la familia Yu, no debes escatimar esfuerzos para unir a las dos familias y ayudar al Príncipe Heredero.”
Al escuchar eso, Xue Cen se quedó atónito.
Era tan inteligente, entonces, ¿cómo podría no darse cuenta de que su abuelo le estaba pidiendo que usara su matrimonio con Yu Lingxi para atraer a la familia Yu al bando del Príncipe Heredero.
Todo el mundo siempre pensó que el abuelo, como jefe de los funcionarios civiles, era estricto e indiferente, nunca se involucraba en luchas entre facciones. Parecía que la realidad era diferente.
Ese era un matrimonio bien calculado que se planeó hace mucho tiempo para beneficio mutuo.
Sin importar con quién se case, ya fuera la familia de Xue o el Príncipe Heredero, ambos tenían como objetivo poner el poder de la Mansión del General bajo el control del Príncipe Heredero.
“Abuelo, ¿eres de la facción del Príncipe Heredero?” – Preguntó Xue Cen con torpeza.
“Se puede decir que sí, y también se puede decir que no.”
Dijo el Primer Ministro Xue. – “Estrictamente hablando, soy miembro de la facción que defiende el gobierno ortodoxo del país, respetando los rituales, la moral y los principios. El Príncipe Heredero es el hijo mayor legítimo del Emperador y el futuro gobernante; es justo ser leal y apoyarlo.”
“Pero…” – Recordando la cortés negativa de Yu Lingxi de ayer, Xue Cen apretó los dedos.
Mirando a esa prometedora generación más joven, el Primer Ministro Xue habló con énfasis. – “Piénsalo detenidamente. Si puedes hacerlo, aceptaré tu matrimonio con la segunda señorita Yu.”
Un cuarto de hora más tarde.
El clima cambió y el viento sombrío trajo un toque de frescor.
Xue Cen rechazó el apoyo de sus asistentes, soportó el dolor en sus rodillas y regresó a su habitación con el corazón apesadumbrado.
La segunda hermana era tan filial y amable. Si ella supiera que su matrimonio implicaría a su padre y hermanos, enredándolos en un campamento que la familia Yu no aprueba, seguramente estaría aún más en desacuerdo con ese matrimonio.
Él no quería aprovecharse de su vulnerabilidad. Xue Cen no quería ocultarle nada, pero no había otra manera.
No había tiempo para dudar; no podía simplemente renunciar a la chica que amaba y verla casarse en el Palacio del Este.
Xue Cen estaba dispuesto a ser despreciable solo por esa vez, al menos…
Al menos, sus sentimientos con la segunda hermana eran mutuos. Mientras pudiera casarse con ella, mientras pudiera resolver la crisis actual, el resto podría discutirse lentamente.
La vida es tan larga que siempre habrá una solución que satisfaga a todos.
Con esto en mente, los pensamientos de Xue Cen se volvieron más firmes. Rápidamente tomó su pluma, la humedeció en tinta y escribió una carta, invitando a Yu Lingxi a reunirse en el Pabellón Qin Xin junto al Estanque del Loto al norte de la ciudad a las 5 en punto.
Después de doblar y sellar la carta, llamó a un sirviente y le dijo. – “¡Toma esta carta y entrégasela rápidamente a la señorita Yu’er en la Mansión del General!”
***
El cielo estaba nublado y el viento barrió las hojas rojas que quedaban en las ramas.
Ning Yin tuvo un sueño.
Por primera vez, no soñó con asesinatos y sangre, sino con un vapor de agua brumoso, con ondas que rompían la cálida luz de un estanque.
En la curva de su brazo sostenía a una mujer delgada con cabello negro como un demonio, la presionaba contra el borde de la piscina, la besaba y reclamaba.
Sus ojos almendrados brillaron, mordiendo con fuerza, y un gemido lastimero escapó entre sus labios y dientes.
El suave y tierno brazo como de jade que rodeaba su cuello goteaba humedad mientras gritaba suavemente: “Príncipe…”
Como castigo, la mordió, lamiendo una gota de sangre roja brillante, desde la piscina, su voz fría y peligrosa resonó. – “Aquí, ¿cómo deberías llamarme?”
“Wei… Wei Qi.”
Se escuchó un sonido de agua corriendo y la niebla en la piscina se dispersó como ondas, revelando un rostro familiar y encantador como flores y jade.
Ning Yin se despertó de su sueño ligero, abriendo lentamente los ojos.
En el pasaje secreto debajo de la sala del Templo Jinyun*, dos velas fantasmales parpadeaban en la oscuridad.
(N/T: * Jinyun = Nube Dorada.)
Se presionó la sien con los dedos, sin entender muy bien por qué soñaba con Yu Lingxi y por qué la obligaba a llamarlo con ese apodo ridículo.
Extendiendo las palmas, colocó las yemas de los dedos cerca de la nariz y olió suavemente. La fragancia suave y seductora de la chica del sueño todavía parecía permanecer en las yemas de sus dedos, llevando el tacto suave y resbaladizo de su piel…
Por un momento, Ning Yin incluso sintió que la unión de hombres y mujeres podría no ser algo sucio e insoportable.
En sólo un momento, ese pensamiento se desvaneció como ondas, reemplazado por una frialdad y tristeza más profunda e intensa.
Desde que escuchó sobre el compromiso entre Yu Lingxi y Xue Cen ayer, esa tristeza había surgido en su corazón. La armoniosa escena de ellos mostrándose afecto bajo la luz del sol le dio dolor de cabeza toda la noche.
“Su Alteza, ¡perdóneme!” – El grito miserable de una mujer trajo sus pensamientos de vuelta.
Ning Yin levantó los párpados y vio que una mujer desaliñada se arrastraba por el suelo oscuro y húmedo.
Por su ropa palaciega cuidadosamente confeccionada revelaba vagamente que era una dama de la corte de alto rango en la ciudad imperial.
No tenía heridas visibles, pero le faltaban fuerzas para ponerse de pie. Un sudor frío cubría su rostro pálido, haciéndola parecer como si la hubieran sacado del agua.
Doblando la palma de la mano izquierda envuelta en una gasa, permaneció en silencio como si fuera invisible.
Junto a él, había cuatro o cinco subordinados nerviosos de pie.
La dama de la corte de alto rango se inclinó desesperadamente, como si eso pudiera prolongar su vida y suplicó. – “Considerando los años que serví a la noble consorte Li y a Su Alteza, ¡perdóneme, por favor!”
Ning Yin esperó hasta que la traidora dama de la corte terminó de inclinarse antes de mostrar una leve sonrisa y preguntó a la ligera. – “Cuando Lady Qing traicionó mi paradero a mi hermano mayor, poniéndome en una situación que amenazaba mi vida, ¿alguna vez pensó en esos años de camaradería?”
“No me atrevo. ¡En verdad, no me atrevo!”
La dama de la corte llamada Qing Niang nunca esperó que Ning Yin sobreviviera a las manos de Ning Changrui y tomara represalias contra toda su familia. Ella no pudo evitar murmurar. – “Mientras Su Alteza me perdone la vida, esta doncella está dispuesta a hacer cualquier cosa…”
“¿Cualquier cosa?” – Ning Yin se burló, aparentemente sopesando el significado de esas palabras.
Aprovechando un rayo de esperanza, Qing Niang asintió vigorosamente y dijo. – “Por favor, deme una oportunidad para expiar mis pecados, Su Alteza.”
Con solo levantar la barbilla, la dama del palacio inmediatamente se arrodilló.
Jugando con la daga corta entre sus dedos, Ning Yin entrecerró los ojos, como si estuviera planeando algo.
“Está bien.” – Después de un rato, aceptó con indiferencia.
Levantando ligeramente la barbilla, la dama de la corte se puso de pie de inmediato, buscando su favor.
Con una sonrisa fría y tenue, Ning Yin miró a la mujer a sus pies. – “Quiero que me ames.”
Al igual que Yu Lingxi amaba a Xue Cen.
Tan pronto como se hizo esa declaración, los subordinados en la habitación levantaron los ojos en estado de shock, incapaces de adivinar las intenciones de su amo.
Qing Niang estaba aún más asustada, sin entender el significado detrás de las palabras del Séptimo Príncipe. <imreadingabook.com>
Desde su nacimiento, Ning Yin había soportado la indiferencia de su padre, la opresión de sus hermanos e incluso su madre biológica, la Noble Consorte Li Fei, sentía una fuerte aversión hacia él.
Paranoico, despiadado, experto en disfraces, y su corta vida estuvo llena de oscuridad y distorsiones y nadie lo amaba.
Qing Niang le temía y no tenía idea de cómo amarlo, pero si quería sobrevivir, solo podía apretar los dientes y extender la mano con las yemas de los dedos temblorosas a lo largo del par de botas de cuero nuevas, y agarrar el dobladillo de su ropa.
Complacer… debería ser amor, ¿verdad?
Todas las mujeres del palacio lo hacían.
Tan pronto como esas manos pálidas y parecidas a gusanos tocaron las botas de cuero, la mirada de Ning Yin de repente se volvió fría.
“No así.” – Dijo con frialdad.
Las manos de Yu Lingxi eran cálidas y, sin importar lo asustada que estuviera, sus ojos permanecían claros y limpios, con una luz brillante cuando lo miraba.
No se parecía en nada a la mirada falsa y vulgar de la mujer frente a él, que lo observaba con sus ojos turbios y desprovistos de cualquier brillo.
Solo Yu Lingxi podía, solo ella tenía esos ojos tan claros como el agua de otoño.
Ning Yin finalmente entendió esto.
“¡Ah!”
Justo cuando la dama de la corte llamada Qing Niang tocó el dobladillo de su ropa, terminó volcada en el suelo, mirando con incredulidad el cambio repentino en la actitud del joven.
“Estás demasiado sucia.” – Sus pálidos labios pronunciaron palabras frías.
“Su Alteza, puedo hacerlo.”
Las pupilas de Qing Niang temblaron, estremeciéndose mientras suplicaba. – “Por favor, Su Alteza, dele otra oportunidad a esta doncella…”
“Silencio.” – Ning Yin levantó sus delgados dedos, indicando a la mujer que guardara silencio.
“Deberías estar agradecida de que no mate mujeres.” – Dijo.
Qin Niang se quedó helada y un brillo de esperanza brotó de sus ojos.
Justo cuando pensó que había escapado, Ning Yin se reclinó en su silla y de repente estalló en carcajadas.
Se rió tan fuerte que su pecho vibró, pero no parecía vulgar. En cambio, una burla elegante, como si se burlara del absurdo de la vida, impregnó su risa. Preguntó a la ligera. – “¿Pensaste que diría eso?”
El tono fluctuante de su voz destrozó la alegría en los ojos de Qing Niang, dejándolos opacos.
Ella sabía que no sobreviviría y en sus ojos moribundos y desolados había un odio ardiente.
“Nadie lo amará, Su Alteza.” – La voz de Qing Niang, que lloraba y reía a la vez, sonaba como la maldición más maliciosa del mundo.
Ella gritó. – “Solo pueden abandonarlo, traicionarlo, porque es un espíritu maligno aterrador…”
La maldición se detuvo abruptamente.
Nadie vio claramente el movimiento de Ning Yin. Qing Niang abrió mucho los ojos y su cuerpo cayó inerte al suelo, sin vida.
Ning Yin hizo girar tranquilamente la daga entre sus dedos, examinando a los pocos subordinados que quedaban en la habitación y reprimiendo una sonrisa, dijo. – “Cualquiera que haya sido incitado por Qing Niang y me haya traicionado, que dé un paso adelante, y podría perdonarle la vida.”
Dos de ellos cambiaron sus expresiones, intercambiaron miradas y simultáneamente corrieron hacia Ning Yin.
Habían presenciado la muerte de Qing Niang, y era extraño que el Séptimo Príncipe realmente les perdonara la vida. ¡Era mejor aprovechar esta pequeña oportunidad para sobrevivir!
Pero tan pronto como dieron un paso, de repente sintieron un escalofrío en el pecho, y luego dos dagas cortas ensangrentadas emergieron de su frente, clavándolos a la pared de piedra de la cámara secreta.
Ni siquiera tuvieron tiempo de gritar antes de convertirse en dos cadáveres silenciosos.
Ning Yin se secó los dedos y se dio la vuelta. Los otros dos subordinados, excepto Zhaji, inmediatamente se arrodillaron, sudando profusamente y dijeron. – “¡Este humilde servidor jura seguir a Su Alteza hasta la muerte, y definitivamente ayudará a Su Alteza a completar su gran causa!”
“Levántense. Si no has hecho nada malo, ¿por qué arrodillarse?”
Ning Yin se secó lentamente los dedos, diciendo. – “Ya sea una gran causa o no, siempre y cuando no se interpongan, no importa.”
Un charco de color carmesí viscoso fluyó por los escalones, él frunció el ceño y lo pasó con cuidado, moviéndose sobre los escalones de piedra.
“Su Alteza.” (Zhaji)
Con una espada pesada en la mano, Zhaji lo siguió, recordándole con voz profunda. – “Hay rumores en la capital de que la señorita Yu, durante la Búsqueda de Primavera, estuvo atrapada en un acantilado durante un día y una noche, teniendo una aventura con un… humilde esclavo. ¿Debería intervenir para suprimir y eliminar ese rumor?”
Miró al joven vestido de negro que tenía delante, tragó saliva y dijo. – “Teniendo una aventura con un humilde esclavo, ¿puedo pedir a mis subordinados que bloqueen y repriman este rumor?”
“¿Por qué debería bloquearlo?”
El joven reveló una amplia y alegre sonrisa, preguntando a cambio. – “¿No es mejor así?”
Los ojos de Zhaji mostraban sorpresa.
Originalmente pensó que su maestro podría tomar medidas con la ayuda de este matrimonio, pero ahora parecía que quería casarse él mismo con esa mujer…
Las últimas palabras de Qing Niang todavía permanecían en los oídos de Zhaji.
Zhaji no podía decidir si simpatizar con la señorita de la familia Yu o preocuparse por su maestro, así que simplemente eligió permanecer en silencio.
Después de salir de la cámara secreta, una ligera llovizna cayó sobre sus mejillas, Ning Yin dio un paso adelante y levantó la cabeza, mirando el cielo estrecho y sombrío.
“Está lloviendo.” – Murmuró para sí mismo.
***
La Mansión Yu.
Yu Lingxi se apoyó en el sofá con un libro en la mano, mirando distraídamente la lluvia afuera de la ventana. – “¿Por qué está lloviendo de repente?”
“El clima al final de la primavera siempre es impredecible. ¿Qué tiene de sorprendente la lluvia?” (Hutao)
Hutao colocó el té en la mesa, se acercó a cerrar la ventana y, al no ver a nadie alrededor, se puso en cuclillas frente a Yu Lingxi, sonriendo. – “Señorita, ¿volverá a menudo después de casarse? ¿O tal vez, lleve a esta sirvienta consigo? Esta sirvienta no puede soportar separarse de usted.”
“¿Qué estás diciendo?”
Yu Lingxi no levantó la vista y agregó dos cucharadas de chile en polvo a la tetera. – “¿Casarme con quién?”
“¡Xue Erlang! Es raro que un hombre esté enamorado de una esposa, así que ¿con quién se casaría si no es con él?” (Hutao)
“Nada está decidido. No digas tonterías.”
Yu Lingxi volvió a colocar la taza de té, incapaz de comer su chile en polvo favorita debido a su mente perturbada.
Ayer, para rechazar cortésmente la propuesta de matrimonio del Palacio del Este, Xue Cen se arrodilló frente a su padre y su madre, suplicando por el matrimonio. Yu Lingxi sintió que debería estar feliz porque todos pensaban que eran una pareja perfecta.
Sin embargo, a pesar de estar conmovida, no pudo encontrar alegría. Su corazón permaneció tan tranquilo como un espejo, incapaz de evocar las emociones inocentes de su vida pasada.
Ayer, en el patio, Xue Cen se sonrojó mientras buscaba su opinión.
Ella trató de convencerse a sí misma, pero después de pensarlo durante mucho tiempo, sonrió y negó con la cabeza. – <“El hermano Cen es muy bueno, pero no he pensado en casarme.”>
En ese momento, los ojos de Xue Cen estaban más sorprendidos que decepcionados, probablemente no esperaba su negativa.
Pronto, entendió algo, sonrió cálidamente y dijo. – <“La segunda hermana todavía es joven y es normal no considerar aún el matrimonio. Está bien; podemos adaptarnos lentamente, siempre que podamos superar la crisis actual.”>
Yu Lingxi pensó en ello toda la noche.
Quizás podría casarse con Xue Cen y pasar su vida respetándose mutuamente, pero eso sería demasiado injusto para Xue Cen.
Cuando el amor es desigual, se convierte en un desastre.
Puede mentirle a cualquiera, pero ella no podía engañar a Xue Cen, quien se arrodilló ante ella dos veces, en esta vida y en la anterior. No podía traicionar su propia conciencia.
“Si la señorita no se casa con Xue Erlang, ¿realmente planea ingresar al palacio como consorte del Príncipe Heredero?” (Hutao)
Hutao hizo un puchero, aunque ser la consorte del Príncipe Heredero era una posición honorable, ¡era agotador competir con tres mil bellezas por su favor!
A diferencia de Xue Erlang, que solo tenía ojos y corazón para ella.
Al escuchar eso, Yu Lingxi pensó seriamente por un momento. Suponiendo que se casara con un miembro del Palacio del Este, ¿cuáles eran las posibilidades de sobrevivir confiando en la bondad actual de Ning Yin cuando regresara al palacio en busca de venganza?
Sin embargo, no podía calcularlo.
El temperamento de Ning Yin era como un misterio peligroso.
Justo cuando estaba pensando en ello, un sirviente le entregó un mensaje y dijo. – “Segunda Señorita, la señorita Tang de la prefectura de Qingping la invita a una reunión, mencionando asuntos importantes que discutir.”
Yu Lingxi tomó la invitación, abrió la invitación y frunció el ceño suavemente.
Luego, al darse cuenta de algo, relajó el ceño y sonrió.
La carta de Tang Buli está llena de una poderosa caligrafía que revelaba la ira de la persona que lo escribió.
Tang Buli declaró que circulaban rumores entre las damas nobles de la capital, que afirman que la señorita Yu estuvo en peligro durante la cacería de primavera y perdió su virtud a manos de un joven esclavo…
Dado que ese rumor se originó en el círculo de las damas nobles, era probable que las mujeres presentes en ese momento estuvieran creando el rumor.
Esos comentarios infundados probablemente fueron hechos y difundidos por las mujeres que quieren casarse en el Palacio del Este y convertirse en miembros de la realeza, o tal vez por alguna admiradora de Xue Cen.
Sin embargo, esa podría ser una buena oportunidad.
Yu Lingxi cerró la carta y dijo con calma. – “Prepara el carruaje. Iré a la Mansión Tang.”
Tan pronto como salió por la puerta, vio a alguien caminando hacia ella bajo la llovizna.
Ning Yin había regresado de algún lugar, sin paraguas, y su ropa y cabello estaban empapados y su hermoso rostro parecía ligeramente pálido debido a la lluvia.
En los últimos dos días, estuvo muy ocupada tratando de rechazar la propuesta de matrimonio del Palacio del Este, por lo que lo descuidó.
El corazón de Yu Lingxi se agitó, tomó el paraguas de la mano de una criada y se acercó a Ning Yin.
“¿Dónde has estado?” – Se detuvo frente al joven, manteniendo la distancia a través de la lluvia brumosa.
“Bebiendo.” – Respondió Ning Yin.
Yu Lingxi arrugó la nariz.
De hecho, había un ligero olor a alcohol en el aire húmedo, pero también había un olor familiar a descomposición, oculto debajo del alcohol, como el aroma de una bodega antigua.
“¿Qué tipo de vino bebes cuando llueve mucho?” – Yu Lingxi frunció el ceño, extendió el brazo y le entregó el paraguas con consideración.
Sin embargo, al mirar hacia abajo y verlo con las botas de piel de ciervo que le había regalado, encontró consuelo en su corazón y no pudo evitar esbozar una sonrisa superficial.
“Algo nada agradable.”
Ning Yin no tomó el paraguas, permaneció en silencio por un momento y luego habló en voz baja. – “El joven general Huanchen dijo una vez que mi presencia en la mansión empañaría la reputación de la señorita.”
De pie bajo la lluvia brumosa, los ojos oscuros de Ning Yin se parecían a los de un estudiante sincero que buscaba consejo con seriedad. – “Señorita, ¿también siente que mi humilde estatus es una desgracia para usted?”
Esa pregunta era realmente bastante absurda.
Yu Lingxi respondió con una carcajada furiosa. – “Si eso me importara, no me habría tomado la molestia de montar a caballo por la noche para traerte de vuelta.”
Ning Yin todavía la miraba y preguntó. – “Entonces, ¿la señorita me traicionaría y me abandonaría?”
‘¿Qué tipo de pregunta es esa?’
Si se hablaba de traición, ella debería ser quien le preguntara si la traicionaría, ¿verdad?
Yu Lingxi lo miró con suspicacia pensando que era anormal, reflexionó detenidamente y luego negó con la cabeza. – “No, desde que te traje de regreso, eres mi responsabilidad.”
Después de todo, ella confiará en ese favor en el futuro para convertirlo en la mayor protección para la familia Yu.
Ning Yin sonrió, no estaba claro por qué estaba feliz y luego asintió y dijo: “Bien, Wei Qi lo entiende.”
‘¿Entender qué?’
Sin tiempo suficiente para pensar claramente en lo que quería decir ese pequeño lunático, Yu Lingxi se apresuró a ir a la mansión del Duque Tang, puso el paraguas en la mano de Ning Yin y lo instó. – “Tómalo, regresa y cámbiate de ropa.”
Diciendo eso, se dio la vuelta y rápidamente subió al carruaje.
Ning Yin se quedó en su lugar con el paraguas de papel, mirando su carruaje desaparecer en la carretera principal, y la sonrisa en sus ojos se calmó gradualmente.
Un niño desconocido pasó junto a él, trotando mientras se limpiaba la lluvia de la barbilla y llamó a la puerta de la esquina de la Mansión Yu.
Los guardias abrieron la puerta, el niño que se cubría les entregó una carta que había sostenido contra su pecho y dijo en voz alta. – “Esta es una carta escrita personalmente por el segundo hijo de la casa, Sir Xue, la carta es importante, así que asegúrense de entregársela a la Segunda Señorita de su noble casa.”
Pero Yu Lingxi acababa de salir de la mansión.
El guardia tomó la carta y le pidió a una criada que la pusiera sobre el escritorio de Yu Lingxi, con la intención de que ella la leyera a su regreso.
Tan pronto como la criada cerró la puerta y se fue, una persona emergió de la esquina, tomó la carta y desapareció entre las sombras.
***
En el Palacio del Este, se desató una tormenta.
El Príncipe Heredero Ning Tan volcó una mesa llena de delicias, rompió dos tazas y dijo enojado. – “¿Quién dijo que tiene un contrato matrimonial con Xue Cen? ¿Por qué nunca he oído hablar de eso?”
Un guardia encubierto apretó los puños e informó. – “Según la investigación de este humilde servidor, las familias Xue y Yu tienen un contrato matrimonial.”
Ning Tan se sintió aún más enojado. Yu Lingxi podría tener un compromiso con cualquiera; ¿por qué tenía que ser alguien de la familia Xue?
El Primer Ministro Xue se mantuvo abiertamente al margen de las luchas entre facciones, pero en secreto, era el mayor apoyo del Palacio del Este. Incluso en la cara del viejo maestro Xue, Ning Tan no podía robar abiertamente a la prometida de su nieto.
(N/T: Chicos… Me he dado cuenta de que he estado cometiendo un error, estaba poniendo Xue Youxiang, como el nombre del abuelo, pero Youxiang no es un nombre, realmente significa Primer Ministro = 首相… Si por casualidad en algún lado lo encuentran, no se confundan y avísenme para corregir.)
Ning Tan ya le había pedido a alguien que preguntara y resulta que la señorita Yu, la segunda hija de la familia Yu, era de hecho una belleza poco común en la capital.
No había mujer en el mundo que no pudiera conseguir, ¡pero esa clase de pequeña belleza se iba a casar con Xue Cen!
Justo cuando no podía tragar esa ira, otro eunuco llegó apresuradamente con pasos quebrados, arrodillándose y sosteniendo una carta arrugada sobre su cabeza, dijo. – “Su Alteza, hace un momento se encontró esto en la puerta del Palacio Este.”
Ning Tan agarró el trozo de papel de carta y lo desdobló, la hostilidad entre sus cejas se intensificó.
[‘Esta noche a las 5 en punto, reunámonos en el Pabellón Qin Xin en el norte de la ciudad …’]
Ning Tan masticó el nombre de Xue Cen poco a poco y lo escupió entre sus dientes. –“Concubina Lang Qing, ¿estás planeando fugarte?”
Cuanto más pensaba en ello, más reacio se volvía, incluso pensó maliciosamente que sería bueno que Xue Cen desapareciera de este mundo…
Su paseo inquieto se detuvo.
Ning Tan murmuró para sí mismo. – “Sí, mientras Xue Erlang desaparezca del mundo, ese matrimonio naturalmente no será posible.”
El guardia encubierto se sorprendió y rápidamente apretó los puños para persuadirlo. – “Su Alteza, no podemos tocar a la familia Xue…”
“Mientras mantengamos nuestras manos y pies limpios y creemos algunos accidentes para engañar al Primer Ministro, nadie se darás cuenta.” – Interrumpió Ning Tan.
Impulsado por los celos, arrojó la carta arrugada al guardia encubierto y ordenó enojado. – “¡Ve rápido!”
***
La lluvia se hizo cada vez más intensa, por lo que Yu Lingxi decidió esperar en la Mansión del Duque Tang hasta que la lluvia se detuviera antes de regresar a la Mansión Yu.
A las 5 en punto, el crepúsculo azul profundo invadió gradualmente los alrededores.
La luna menguante colgaba en el este, y la lluvia que se había acumulado en las tejas del techo y caían sobre la parte delantera de la escalera, convirtiendo la luz en un brillo frío.
Después de regresar a su habitación y cambiarse de ropa seca, Yu Lingxi se sentó en el sofá para descansar, cuando una criada entró y dijo. – “Señorita, al mediodía, el sirviente de Xue Erlang entregó una carta urgente, alegando que era de gran importancia. La puse en el escritorio para usted… Eh, ¿dónde está la carta?”
La voz de la criada se detuvo abruptamente, movió uno a uno los libros, las plumas y la tinta sobre en el escritorio, mostrando sorpresa. – “Claramente la puse aquí.”
Yu Lingxi pensó por un momento y supuso que Xue Cen la estaba buscando por cuestiones matrimoniales.
Ese asunto requería una resolución rápida, no será bueno para la familia Yu ni para la familia Xue si se retrasa.
“Ya que es un asunto urgente, haré una visita en persona.”
Yu Lingxi ajustó su apariencia en el espejo, sin encontrar nada inapropiado, luego dijo en voz baja. – “Prepara un carruaje y una invitación para ir a la Mansión Xue.”
El viaje a la residencia Xue no fue fácil.
Lo que debería haber sido un viaje de dos cuartos de hora se retrasó por mendigos que bloqueaban el camino y luego por el carro de un comerciante que se había volcado.
Después de mucho retraso, Yu Lingxi decidió abandonar el carruaje y continuar a pie.
Finalmente, al llegar a la residencia Xue, los sirvientes que vinieron a darle la bienvenida se sorprendieron y uno de ellos preguntó. – “¿Por qué está aquí, señorita? ¿No se suponía que nuestro joven maestro se reuniría con usted en el pabellón Qin Xin al norte de la ciudad? Él se fue hace una hora.”
Al recordar las muchas dificultades en el camino a la residencia Xue, Yu Lingxi sintió una sensación de inquietud sin razón aparente.
***
En el estanque de Loto al Norte de la Ciudad.
El viento nocturno soplaba, haciendo que las gotas de lluvia sobre las hojas de loto se arremolinaran y cayeran en el estanque con un estruendo, asustando a dos carpas que nadaban libremente.
En la noche oscura, Xue Cen, vestido con un atuendo lujoso, caminaba de un lado a otro en el pabellón con las manos en la espalda, mirando de vez en cuando hacia el final del puente de tablones.
Justo cuando estaba esperando ansiosamente, de repente escuchó una voz masculina deliberadamente baja que venía desde atrás y lo llamaba. – “Xue Erlang.”
Xue Cen se dio la vuelta instintivamente, y justo cuando estaba a punto de preguntar quién era, vio pasar una sombra negra enmascarada y al momento siguiente, sintió un dolor en el pecho.
Antes de que pudiera reaccionar, una fuerza tremenda lo impulsó hacia atrás con la enorme fuerza de su palma. Con los ojos muy abiertos, cayó al estanque de lotos frío y profundo.
Se escuchó un chapoteo y el agua salpicó en todas direcciones.
En la orilla, dos hombres vestidos de negro miraron hacia abajo y preguntaron. – “¿Es posible morir así?”
“Presiona su cabeza hacia abajo; no dejes que flote hacia arriba.” – Susurró el otro.
Hubo un sonido de alas revoloteando y los dos hombres con malas intenciones inmediatamente levantaron la cabeza, solo para ver a un pájaro gigante flotando sobre el Estanque de Loto, parecido a una parca espantosa que inspeccionaba la figura de Xue Cen, que luchaba constantemente por mantenerse a flote en el estanque.
“¿Viene alguien?”
“¡Retirada!”
Temerosos de ser vistos en la escena, las dos figuras sombrías se dispersaron y huyeron, sin importarles ver hundirse a Xue Cen.
Casi simultáneamente, una figura esbelta apareció debajo de la Puerta de la Luna a la distancia.
Levantó el brazo y el halcón gris que flotaba aterrizó obedientemente, doblando sus alas sobre su brazo.
“Ayuda… ayúdenme…”
El estanque resonó con un chapoteo, rompiendo la luz de la luna en el agua.
Ning Yin estaba tranquilamente de pie en el pabellón con las manos detrás de la espalda, sus ojos reflejaban las frías ondas de luz, y encontró un buen ángulo para apreciar la figura de Xue Cen luchando y hundiéndose.
Una vez que Xue Cen muera, naturalmente haría que el viejo zorro Xue sospeche justificadamente del Palacio del Este.
En ese momento, no habría necesidad de que tomara medidas. Dos tigres luchando entre sí, con el Príncipe y sus ministros volviéndose unos contra otros, ¿no sería bastante interesante de ver?
El estanque devoraba su vida y las ondas distorsionaron el hermoso rostro del joven.
A pesar de la escena, él lucía una sonrisa extremadamente complacida en su rostro, como si presenciara un futuro más maravilloso en el agua.
Después de confirmar la situación, no se quedó mucho tiempo.
Cuando se dio la vuelta para irse, de repente se encontró con una figura que no debería haber aparecido allí.
El pecho de Yu Lingxi subió y bajó, mirándolo en estado de shock.
Nameless: ¡Si te atrapan… te vas a meter en un gran problema Ning Yin! La verdad es que nuestro prota es casi irredimible, tiene cero conciencia, la verdad es que dudo que cambie, aunque sea un poquito… Solo ideará formas de seguir engañando a Lingxi.
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