Serás un buen Emperador (1)
“Príncipe Heredero… Lucas… dónde.»
El Emperador buscó al Príncipe Lucas con sus ojos por la habitación. Pero él no estaba allí.
“Ain le está explicando la situación ahora. No es fácil explicarle al Príncipe Heredero todo rápidamente».
«Ya veo.»
El Emperador comprendió de inmediato las palabras de Cassius. Todavía había muchos secretos enterrados con respecto a la piedra mágica, por lo que será bastante difícil explicar cómo fue posible que recupere la conciencia.
«El joven Chade debió sufrir bastante con esta tarea».
«Convenceremos a los demás que es una habilidad desconocida, y que es imposible repetirse porque requiere una gran cantidad de piedras mágicas que no se pueden obtener a menos que seas de nuestra familia».
«Ja ja ja. Conseguiste una manera de ocultarlo bien entonces».
Con un ligero aliento el Emperador se echó a reír como si se estuviera divirtiendo. Cassius, que había estado observando la escena en silencio, se puso de pie.
«Entonces, debo irme».
«¿Ya…?»
«No querrás pasar este precioso tiempo charlando conmigo, ¿verdad? El Príncipe Heredero regresará pronto a verte».
Cassius se retiró. Cuando el Emperador quedó solo, su frágil condición física ya podía verse claramente.
Su propia muerte no estaba muy lejos. Lo supo instintivamente. Había demasiadas cosas que hacer en un tiempo casi efímero.
Estaba arreglando las cosas que tenía que hacer mientras el calor de la fiebre parecía derretir su cabeza.
«¡Padre! ¿Estás bien?»
Cuando Lucas vio que el Emperador estaba consciente, apretó la mano con fuerza. En ese momento, los pensamientos profundos del Emperador se detuvieron. Miró a su hijo Lucas.
‘Pero aún… Qué debo hacer sobre…’
La mirada del Emperador se profundizó. Hubo algo que decidió hacer antes de morir por el Príncipe Heredero. El Emperador sostuvo la vista fijamente en su hijo sufriente.
Fue triste saber cómo se sentía ahora que quedaría solo. Así que tampoco quería mostrarle ahora… La verdad es, tenía mucho que decirle a su único hijo.
Antes de morir, no tenía ninguna posibilidad, pero ahora, que se le brindó una oportunidad, era distinto.
«Tengo algo que decir…»
«Que es. Solo habla, padre.»
Lucas se arrodilló ante la voz susurrante del Emperador y dijo. Dijera lo que dijera, estaba dispuesto a realizarlo. El Emperador luchó por abrir sus labios secos y agrietados.
“Ahora, que me voy a ir… Lamento no haber acelerado tu matrimonio con Alyssa». Tomó aire. «Sería bueno al menos que se comprometan rápidamente».
“¡¡…!!»
Los ojos del Príncipe se agrandaron. Le sorprendió aún más porque fue una petición completamente inesperada. El Emperador continuó su discurso mientras descansaba un poco.
«Sé muy bien que los dos tienen sentimientos por el otro desde que eran jóvenes».
“…»
«Si tu madre la Emperatriz siguiera con nosotros, la habría cuidado bien».
La voz del Emperador se fue sumergiendo poco a poco. Extendió la mano y colocó su palma en el dorso de la de Lucas.
Se extendió hacia él una calidez de la vida joven que aún tenía mucho por vivir. Miró a Lucas con una mirada amistosa.
«Lo siento.»
«No. ¿Por qué estás diciendo eso, por qué te disculpas?»
Ante la disculpa del Emperador, Lucas negó con la cabeza. No sabía cuánto él amaba a Alyssa y cuánto pensaba en ella como su propia hija.
«Debería haberlo hecho antes… Creo que he considerado demasiadas cosas en tu relación».
¿La vida de su padre realmente estaba llegando a su fin? El arrepentimiento del Emperador fluyó hacía él. Cuanto más lo hacía, más se distorsionaba el rostro de Lucas.
Fue un trabajo duro contener las lágrimas que estaban a punto de fluir.
«Antes de que sea demasiado tarde… ¡Cof, cof…!»
Como si seguir hablando fuera demasiado difícil, el Emperador tuvo que hacer varias pausas antes de continuar.
«Quiero construir una relación formal entre ustedes dos mientras esté vivo».
Fue el último deseo del Emperador. Solo entonces podría cerrar los ojos cómodamente. Finalmente, las lágrimas humedecieron los ojos del Príncipe. Dejó de llorar y abrió la boca.
«Sí. Lo haré padre.»
Lucas tenía decenas de miles de pensamientos cruzados. Y al decirlo en voz alta se lo prometió igualmente a mí mismo. Hará realidad el deseo del Emperador.
«Está bien. Esta vez no puedo acercarme a ayudarte, así que prepárate bien para convencerla».
El emperador sonrió con fuerza.
«No… Alyssa estará muy feliz de escucharlo». Lucas murmuró, conteniendo las lágrimas.
“Entonces eres un chico con suerte».
El Emperador sonrió levemente y miró a Lucas. Pero de repente su fiebre empeoró. Sus párpados se volvieron pesados y la figura de Lucas frente a él se volvió borrosa.
«Probablemente… Creo que este es mi límite por hoy».
«¡Padre…!»
«No te preocupes. Además… esto pasará…»
Los ojos del Emperador se cerraron lentamente. Pensó para sí mismo mientras perdía el conocimiento:
‘Es imposible hacer todo el trabajo restante en este estado ahora. Así que hagamos solo uno, el más importante. Ver a mi hijo, Lucas, con alguien que lo quiere y lo apoya. Eso será suficiente.’
Entonces la conciencia del Emperador se cortó.
Acode con su voluntad, los preparativos para la ceremonia de compromiso del Príncipe Lucas y Alyssa se llevaron a cabo con bastante prisa. Al mismo tiempo, la enfermedad del Emperador progresó rápidamente.
El médico Imperial no se rindió y trató de averiguar la causa de su padecimiento de alguna manera, pero todo fue en vano.
No sería extraño que dejara de respirar en cualquier momento. Sin embargo, el Emperador perseveró con ligeros suspiros. Aún le quedaba trabajo por hacer.
Mientras el Emperador estaba enfermo, el repentino anuncio del compromiso entre el Príncipe Lucas Milliwayne y Alyssa Lizwin sorprendió a todos.
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