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EUECEPM Capítulo 151

30 diciembre, 2021

Después de terminar de contar, Víctor no se atrevió a decir nada más.

«Haa…».

Chester suspiró cansado.

Frente a la verdad, se sentía sofocado y congestionado.

Esta tragedia no fue causada solo por la culpa de una persona.

Su padre, que lo decoró todo y lo encargó. Víctor, que simpatizaba con esto y guardó silencio, y un hermano indiferente que, aunque tuvo una aventura de una noche, nunca se preocupó por Sylvia.

Los errores de los adultos se acumularon y combinaron, lo que resultó en esta tragedia… Y la tragedia creó un monstruo.

Una vez más, el pasado angustioso estaba a punto de repetirse.

«¿Cómo pudieron todos ustedes unirse para lastimar a un solo niño?»

Abriendo los ojos, Lizelle miró directamente al ex caballero y apretó los puños.

Sus manos temblaron todo el tiempo que escuchó la historia, porque no podría soportar su enojo si no hacía eso.

Frente a la verdad, ella no pudo decir nada, porque no supo cómo disculparse con los niños que tenían que sufrir las faltas de los adultos.

«¿Lord Víctor, lo sabe? Que Billy mató a los padres de Raphael por la orden que salió mal ese día».

«Bueno, realmente no esperaba que eso sucediera».

«No lo sabías, no solo tú, sino que otras personas no lo esperaban. Pero no saber no significa que el pecado desaparezca, y tampoco que no haya sucedido».

Estaba interrogando a Víctor con tono exasperado, no tenía idea que pasaría después de cometer un crimen.

Y Víctor, que ponía excusas, fue bastante desconsiderado e insoportable.

¿Qué demonios debo hacer con este destino retorcido? ¿A quién debía pedir por este pecado cuando su padre ya estaba muerto?

Lo mismo estaba a punto de repetirse y solo quedaban las víctimas.

«Lo siento».

El viejo se arrodilló en el suelo y se mordió los labios temblorosos.

Solo entonces se dio cuenta de la seriedad, no esperaba que esas pequeñas brasas se convirtieran en un fuego tan grande. Fue un resultado inesperado.

«Castigarte ahora no resuelve esto».

Chester dijo con una voz fría y un rostro decidido, pero había un resentimiento indescriptible en su voz.

Quería agarrar a su padre enterrado en este momento y preguntarle por qué, pero se las arregló para controlar sus emociones.

«¿Hay algo más que no hayas dicho?»

«Esto es todo lo que sé. Por favor, créame».

Víctor habló con una cara inocente ante la pregunta del Duque, quien pensó mientras lo miraba con una cara seria durante unos segundos y, pronto volvió a decir.

«Castigaremos tus pecados más tarde. Shane, acompáñalo a la salida».

«Sí, señor».

Shane sacó a Víctor de la habitación por orden de su maestro, y solo Chester y Lizelle se quedaron en la Oficina Ducal, pero nadie podía hablar fácilmente.

Qué silencioso debió haber sido.

La parte superior del cuerpo del hombre, que sostenía su frente, se tambaleó de repente.

«¿Estás bien?»

Sorprendida, Lizelle se sentó en el reposabrazos del sofá donde estaba sentado él y examinó su estado.

«¿Estás mareado? ¿Debería llamar al doctor?

«Esposa. No sé qué hacer».

Enfrentado a las fallas dejadas por su padre y su hermano, Chester luchó por comprenderlas todas, y sintió como si su mente estuviera esparcida por el barro.

¿Qué debo hacer con este grave pecado?

Estaba tan avergonzado de su apellido ‘Halos’ en este momento, que ahora se sentía enfermo de muerte.

Pero no importaba lo que hiciera, no podía cortar sus lazos de sangre, por lo que su culpa estaba aumentando.

«…Chester».

Los ojos llorosos de la joven se pusieron rojos, a la vez que se recargada en el contrario y sentía como una piedra se instalaba en su pecho.

El pecado era pesado, porque no sabía que la carga era la magnitud de la culpa que llevaba.

¿Quizás si hubiera sabido esta verdad, y hubiera podido hablar con él de antemano, se habría ahorrado el dolor?

Lizelle abrazó a Chester con tanta culpa, compartiendo el mismo dolor que él.

«No merezco tener una familia».

Sarcásticamente, se dirigió a sí mismo una falsa sonrisa.

Viajó para atrapar al culpable que mató a su hermano, pero ahora que sabía la verdad, había perdido la razón para atrapar al criminal.

«No sé cómo enfrentarme a Billy, tampoco merezco castigarlo».

Chester proclamó y Lizelle entendió su mente.

No pudo deshacerse de su simpatía por el chico ahora que sabía todo lo que había pasado.

El asesinato no podía justificarse por ningún motivo, pero se entendía bien la razón por la que decidió vengarse.

Pero, ¿es correcto seguir adelante? ¿Realmente solo terminará cuando Raphael muera y Billy se sienta cómodo?

La respuesta ya estaba fuera.

«Chester».

Ella lo llamó cuidadosamente.

En voz baja, el susodicho levantó lentamente la cara enterrada en sus manos.

«Sólo hay una cosa que podemos hacer en este momento. Es algo imprescindible».

Ella continuó, mirando los temblorosos ojos rojos.

«Tratemos de no repetir más el pasado».

Si cerraban los ojos, cubrían sus oídos y seguían adelante como si nada hubiera pasado, entonces otra vez… la tragedia se repetirá.

Así que tenían que arreglarlo, aunque fuera difícil.

Ciertamente tiene que cortar el vínculo de la tragedia en esta generación para que nadie volviera a sufrir esta desgracia.

«Lizelle, yo…».

«No estoy diciendo que debamos perdonar el pecado de la familia».

La chica envolvió sus manos alrededor de la mejilla del confundido Chester, conmoviendo su corazón y dándole unas palmaditas en la mejilla.

«Dile a Billy la verdad y pídele disculpas. Si tienes miedo, estaré ahí para ti. Hagámoslo juntos».

Su mano, que lo confortaba, cayó lentamente y tomó la del otro.

«No has visto nada más que cosas vergonzosas de mí».

Con esas palabras, Chester no pudo sostener la mano de su esposa y únicamente la observó.

Era porque estaba avergonzado de sí mismo porque parecía débil e inestable, aunque había prometido dejarla caminar siempre por un sendero florido y lleno de risas…

Ahora la estaba haciendo caminar por un sendero espinoso y compartiendo culpas.

«Entiendo como te sientes por todo lo que ha pasado. Pero no te dejaré solo, ahora somos familia».

Los ojos rojos del hombre se dilataron por su respuesta y ella sonrió, como si supiera lo que había en el interior de Chester.

Entonces, también recordó la imagen de Raphael.

Después de un día duro, continuaba tomando la mano de Elensia, cómodo y despreocupado se quedó dormido con una expresión facial tranquila.

Moviendo los labios, el menor soñaba que comía gelatina.

Para proteger ese dulce sueño, tenían que arreglarlo todo.

«Escuché esto un día. Para que un niño crezca bien, diez buenos adultos tendrán que cuidarlo».

Eso es lo que solía decir su madre cuando era joven.

Para cultivar un solo brote, se necesitaba tanto abono, agua y nutrientes como sol y viento.

Y era solo ahora que ella podía entender lo que quería decir.

«Chester, tratemos de ser buenos adultos para Raphael. No dejemos pasar la tragedia».

Apoyando la frente contra la del otro, compartió su corazón. Ante lo cual, los ojos temblorosos de Chester se detuvieron sin saberlo.

No podía apartar la mirada de Lizelle, porque ella estaba brillando.

La luz era como aquella que vio cuando le cantó la canción de las estrellas a Raphael hace mucho tiempo.

Sólo entonces lo supo, por qué había brillando en ese entonces.

Ella era una buena adulta, y un niño se convertiría en un buen hombre simplemente por estar juntos

Todo lo que había estado buscando desde su niñez desfavorecida. Un adulto ideal y responsable.

Quizás si hubiera conocido a una buena persona como Lizelle en el pasado, podría haber vivido una vida mejor que ahora.

«¡Los ojos de Lizelle son mis estrellas!»

Chester recordó una vez lo que había dicho su sobrino. Algo que nunca desaparece y siempre brilla.

Simpatizó con ese comentario, pues tanto para él como para Raphael, la chica era su estrella, una que los hacía brillar con solo estar cerca. Y porque haya venido a él, estaba muy agradecido.

Tenía una familia y se encargaría de honrar a su apellido como era debido. Realmente le encantaba haberla conocido.

«Ven conmigo».

«Sí».

Cerrando los ojos lentamente, cogió la mano de Lizelle y la apretó con fuerza, aceptando su calidez.

Estaba bien fallar algunas veces, después  de todo, ella era la única que lo llevaría en la dirección correcta, a tomar una mejor decisión.

Crecerían juntos.

Reconocerían y reflexionarían sobre las malas acciones del pasado y tratarían de no repetir nunca los mismos errores.

Se convertirían en buenos adultos.

Así, Chester pronto se acercó a Lizelle.


el día de hoy solo les traigo este cap, porque no pude dormir bien y ando modo zombie, una disculpa

 

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