Saltar al contenido
I'm Reading A Book

꧁☬ LMEEÚFPLV Capítulo extra 3 ☬꧂

6 diciembre, 2020

Capítulo 3:

Judith Regulus.

Esa niña tan preciosa que me sacaba el alma cada vez que la miraba. No puedo creer que ya hace tres años que esa pequeñita estaba en mi barriga. Esa princesita que era un clon de su padre, su cabello rubio deslumbrante al contraste de esos hermosos ojos rojos que me enamoraron. Claramente la niña era un símbolo de la familia imperial.

A causa del gran parecido físico, el Duque se enfureció y volvió a derramar lágrimas alegando, al igual que todo el mundo, que Judith era como el alter ego de Callisto. Pero yo no lo veo así, a diferencia de su padre el cual tiene el cabello lacio, el de ella es un rebelde cabello rizado. Sus mejillas blancas y suaves resaltaban entre esos sedosos labios rojos y esos ojos, los cuales, cuando sobre ellos brillaba el sol, perdían ese rojo oscuro color sangre y dejaban ver un sutil rosa oscuro, similar al de mi pelo.

Esas no eran únicamente mis palabras, Callisto mismo lo admitió varias veces.

“No es como yo, es como su madre.”

Pensé mientras la estaba buscando en los alrededores del coto de caza, donde Judith tendía a jugar a menudo. Esta niña es amable y agradable, pero cuando se trata de causar problemas, la realidad supera la ficción, tiende el mismo don que su padre.

Un día se puso a jugar en el palacio y rompió los pilares y los techos de diversas salas, así mismo, en medio de un festival de caza, decidió traer a casa a todos los animales pequeños del bosque.

Eso se originó cuando vio a su padre ganar el primer puesto en el último día del festival, en un inicio pensé que ese brillo rojizo en sus ojos era admiración, pero al día siguiente descubrí que no. Recuerdo el enfado que me vino cuando la vi llegar a mi palacio con un conejo, un faisán, un pájaro, un zorro y un ciervo. Pero, tras escuchar sus palabras y ver esos hermosos ojos rosas parpadeando bajo la luz del sol esperando mi aprobación, mi enfado se esfumo.

‘¡Es un regalo para mamá! Judy va a ganar el primer lugar al igual que papá…’

Un día realmente me enfadó mucho y, la bronca fue de tal magnitud, que lloró de forma desenfrenada durante mucho tiempo. Esa bronca se la ganó cuando se coló al Daejeon durante una investigación y, al segundo, volvió a salir corriendo, empuñando el cetro del Emperador, con Callisto detrás suyo.

Mi enojo sé debió a que ese era un asunto del gobierno, y cuando le pregunté sobre el porqué de su actitud, me respondió con algo que nos dejó a Callisto y a mí muy enfadados.

‘¡Judy quiere derrotar a papá rápidamente y ser un oponente digno! Por eso debo derrotar a mi tío… Mi tío… Dice que es más fuerte que mi papá…’

A Rennald, el cual le había hablado de esa forma tan loca a mi hija, se le prohibió entrar en el Palacio de la princesa durante los siguientes tres meses.

Suspiré profundamente al pensar en el espléndido registro que ya tiene mi hijita de tres añitos.

Uno de los guardias, el cual me estaba ayudando a buscar a la princesa, se me acercó corriendo y con el aliento entrecortado.

“¡Su majestad! ¡Su majestad! He buscado por todo el bosque, ¡pero no encuentro a la princesa!”

Tras sus gritos, pude ver a la niñera y a las doncellas entrar corriendo empapadas de sudor. Llevábamos desde el mediodía jugando al escondite con Judith, por lo cual era entendible el estado en el que se encontraban y al instante sentí pena por ellas.

“Vamos a la cascada a buscarla, si no está allí, volvemos al palacio. Aunque llevamos horas andando por el bosque realmente creo que no está allí.”

Ante mis palabras, la niñera me respondió con delirios excesivos.

“Pero su alteza… Va a oscurecer pronto… ¿Y si es un secuestro?”

“¿Quién podría dañar a la princesa en el palacio imperial? Mas bien, a lo mejor se ha equivocado y ha tomado un camino distinto.”

Pero, desde que escuché la opción del secuestro, me empecé a sentir incomoda, ni yo misma me creía que mi niña se había equivocado de camino. Dimos una última vuelta y volvimos rápidamente al palacio imperial mientras mi imaginación me hacía pasar malas jugadas.

Me mordí los labios y pensé en todas las personas que podían dañar a mi bebé. ¿Tal vez era culpa del conde Hannes? Era conocido que muchos aristócratas se opusieron a la voluntad del Emperador de hacer de la princesa su sucesora, con la simple razón de que Judith era mujer.

No, realmente ninguno de ellos tiene el poder de actuar, todo era palabrería, la cual murió ante la mirada agresiva de Callisto.

¿A lo mejor un rebelde? ¿O alguien que había contratado a un asesino? Ya han pasado ocho años desde que Callisto ascendió al trono y ha conquistado a la mayoría de los países, y muchos de ellos ahora pertenecían al imperio. Aún y así, aún hay áreas donde los conflictos ocurre, pero, la magia de seguridad es tal, que dudo que nadie pueda cruzar la barrera del castillo. E incluso si la rompieran, significaría que Callisto había muerto y era imposible que entonces hubiera tanta paz en el castillo.

¿A lo mejor Leila sigue viva? Tan solo de pensarlo, mi corazón se hundió de repente. Porqué, aunque ya no hay mas artefactos para usar el lavado de cerebro, Leila seguramente tiene la capacidad de infiltrarse en el Palacio Imperial.

¡De este modo podría vengarse de nuestra pequeña y tierna hija!

“¡Su M… Su Majestad! ¡Si va tan rápido se caerá! Iremos nosotras primero, así que, por favor, camine lentamente. ¿De acuerdo?”

La criada trató de disuadirme, pero no le hice caso. ¡Maldita sea! Mi cabeza estaba llena de pensamientos tan horrorosos que incluso me planteaba dejar que Callisto movilizara a todos los guardias.

Corría tan metida en mis pensamientos que no pude ver la piedra que estaba frente a mí, la cual, junto al dobladillo de mi falda, logró que mi cuerpo se precipitara hacia delante.

“¡Emperatriz!”

“¡Emperatriz!”

Cerré los ojos con fuerza, esperando un golpe que nunca llegó. En lugar del frío suelo estaba apoyada en el duro pecho de alguien, cuyo aroma me era completamente familiar.

“Casi te lastimas, ¿por qué estás corriendo cuando el Palacio está a la vuelta de la esquina?”

Al ver sus ojos llenos de preocupación, los míos empezaron a oscurecerse.

“¡Callisto! Judith… ¡Nuestra bebé ha desaparecido!”

Grité apresuradamente mientras las lágrimas escapaban de mí de forma descontrolada. Ante mi histeria un pequeño bulto en su regazo se removió. Bajé la cabeza y vi a mi niña durmiendo en los brazos de Callisto.

Un suspiro de alivio escapó de mí mientras, mis piernas se debilitaron y si no fuera porque Callisto me abrazó con fuerza, habría caído al suelo.

“Tsk… Judy, has vuelto a dañar el corazón de tu madre.”

“¿Dónde… Dónde la encontraste?”

“Bajo el Palacio del Sol.”

“¿Qué? ¿Cómo diablos llegó allí? ¡Hay un sello mágico en él!”

Eso se debía a que el cuerpo del dragón se encontraba allí escondido, por lo que habíamos decidido poner todas las medidas posibles para evitar que nadie, a excepción del emperador, pudiera entrar.

“Sí, el Marqués Berdandi dijo que la magia había sido rota a causa de nuestra niña, por eso estaba allí ayudándolo.”

“Dios… Esta niña nos trae a todos de cabeza.”

La despertaría para reñirla, pero dormida se ve como un ángel. Al final, en lugar de enojarme, acaricié suavemente su mejilla y murmuré como un suspiro.

“¿A quién se parece? ¡Da demasiados problemas!”

Callisto se encogió de hombros y respondió:

“De mí no.”

“Tampoco de mí.”

“Es difícil de creer considerando todos los accidentes que tuvimos antes de casarnos.”

“¡Ja! ¿Quién diablos eres tú para decir esto?”

Al entrar al Palacio y llegar a la habitación de nuestra niña, mi cuerpo, que el cual estaba en una tensión absoluta, por fin pudo relajarse. Callisto acostó a la niña en la cama mientras elogiaba a los que me habían ayudado a encontrarla.

Tras acostarla se sentó a su lado y empezó a acariciarla, desde mi posición pude ver que el cabello de la nuca lo tenía completamente erizado.

“¿Judith volvió a agarrar tu cabello?”

Fruncí el ceño. No se parecía a él en absoluto, Callisto era demasiado débil cuando se trataba de la niña. Y más esa niña que a menudo era igual de grosera que su padre.

“Deberías haberla regañado para que no lo hiciera.”

“No. ¿Y si se enfada conmigo y no me vuelve a hablar? Yo sería el único que perdería.”

“Está siendo tan grosera porque eres demasiado permisivo con ella.”

“Eres demasiado dura con ella.”

“Deberías haber dimitido…”

Quería darle a mi hija todo el poder y el honor, iba a ser así, pero no quería criarla como un humano malcriado e imprudente que no sabe lo aterrador que es el mundo.

“Cuando se levante necesita ser castigada.”

Miré seriamente a mi hija dormida y me hice esa promesa.

Callisto me tranquilizó y dijo en broma.

“Al menos no me quemó el pelo como el otro día…”

———

Todo el mundo pensando en un niño cuando la palabra bebé enmarca ambas probabilidades, jajajaja. Debo decir que ADORO a esta niña, es una perfecta versión de su padre. ¿Y lo de tirarle del pelo a Callisto? No sé de donde lo habrá sacado, jajaja. No hemos visto mucho, pero Rennald está en la vida de Judy, eso me alegra.

Perdonar la tardanza y perdonar si está mal escrito, con tanta definición (y mucho sin sentido) ha sido un pelín duro y he tenido que hacer magia, jajaja.

Miri

———

Anterior Novelas Menú Siguiente
error: Content is protected !!